La administración nacional eliminó retenciones a granos y carnes hasta octubre. La medida busca forzar liquidaciones en plena tensión cambiaria.
En medio de la presión cambiaria y con las reservas en caída, el Gobierno nacional resolvió eliminar las retenciones a granos y carnes hasta después de las elecciones. El Decreto 682/2025 busca acelerar las liquidaciones y garantizar dólares en el corto plazo, en un escenario de extrema fragilidad económica.
El alcance para el agro
La medida incluye a la soja, el maíz, el trigo, el sorgo, la cebada y el girasol. Para acceder, los exportadores deberán liquidar el 90% de las divisas en tres días hábiles desde la Declaración Jurada de Venta al Exterior (DJVE). El decreto, firmado por Javier Milei, Guillermo Francos y Luis Caputo, fija la alícuota en 0% hasta el 31 de octubre o hasta alcanzar u$s7 mil millones en liquidaciones.
El costo fiscal de la norma choca con la promesa de disciplina presupuestaria. El documento establece que, si no se alcanzan los objetivos de liquidación, volverán a aplicarse las alícuotas previas junto con sanciones a los exportadores. “Hasta el 31 de octubre habrá retenciones cero para todos los granos”, confirmó el vocero presidencial Manuel Adorni.
La carne avícola y bovina se agregan a la medida
Tras el anuncio del beneficio al campo, el Ejecutivo confirmó que la carne bovina y aviar también quedarán incluidas en el esquema. “Este es el único gobierno que, ante las adversidades, responde bajando impuestos. Fin”, publicó Adorni en redes sociales.
Lejos de ser una política de largo plazo, la decisión se perfila como un atajo electoral. El Gobierno busca que los sectores productivos actúen como salvavidas, a costa de un fuerte sacrificio fiscal que compromete recursos estratégicos.
En la práctica, Milei y su equipo ponen en juego la recaudación impositiva bajo el argumento de una urgencia que no supieron gestionar. La eliminación de retenciones disimula la falta de dólares en el corto plazo, pero evidencia que la estrategia económica se apoya más en la improvisación y la presión electoral, que en un plan sostenido.
El mensaje oficial buscó transmitir firmeza, pero el trasfondo es claro: la Casa Rosada apuesta todo a la liquidación de los sectores exportadores, hipotecando ingresos que hasta hace poco eran considerados intocables. Una maniobra desesperada que sacrifica el futuro en pos de un alivio político hasta las elecciones.