La inflación de septiembre fue de 3,5%, la variación más baja en 33 meses, según datos que informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Esta suba resulta 0,7 puntos inferior al 4,2% que se registró en agosto, con lo cual la dinámica de los precios retomó una dinámica decreciente.
La suba de 3,5% está en línea con las proyecciones privadas, que la habían pronosticado en un rango entre 3,2% y 3,6%.
Si bien el resultado es positivo por sostener una tendencia a la baja, aún está lejos de las aspiraciones del Gobierno nacional, que necesita que rápidamente converja a la tasa de devaluación del peso de 2% que el Banco Central instrumenta mes a mes para evitar que se profundice el atraso cambiario.
Por otra parte, cabe remarcar que la eliminación de la inflación es el principal objetivo del Gobierno nacional como herramienta para la estabilización y reactivación de la actividad.
De allí que gran parte de las medidas económicas tengan como foco central continuar con la desaceleración de los precios. En esa línea, en septiembre el Gobierno anunció una rebaja de 1% en el valor de las naftas y de 2% en el gasoil, para enviar una nueva señal en ese sentido, pero ante la guerra en Medio Oriente la decisión podría revertirse en octubre e incluso generar una suba superior al 5%.
Al mismo tiempo, cabe mencionar que la caída de la tasa de inflación se dio en un contexto recesivo y de caída del consumo doméstico básico reflejado en los tickets de venta de supermercados y autoservicios.
Esas evaluaciones mostraron bajas de hasta 20% interanual en septiembre, producto de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios. Este escenario también se reflejó en la recaudación por IVA e cheque con disminuciones de 16% y 10% respectivamente.